En 1984, durante el conflicto armado interno, el Ejército Peruano instaló una base militar en Manta, Huancavelica. Un espacio donde los militares toleraron y fomentaron la violencia sexual de forma sistemática y generalizada contra adolescentes de la comunidad de entre 13 y 16 años. Muchas de ellas, además, sufrieron embarazos forzados.

Hay muchos que se niegan a creer que estas violaciones sucedieron, pero hay miles de mujeres que han vivido en carne propia esta verdad. Casi 40 años después, siguen esperando justicia.

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