Llorar no es una debilidad. La tristeza es una emoción que sentimos todos y el llanto libera esa emoción. Reprimir nuestros sentimientos por miedo a la burla o a ser juzgados no es sano. Cuando se prohíbe el llanto, los niños aprenden a descargar lo que sienten con agresividad.

Los niños nos escuchan. Cuidemos nuestras palabras y desarrollemos empatía y comprensión por nuestros niños y en nuestros niños.

24 enero 2024

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